30.04.2021 Desperté en Mexiquillo.- era mi primer destino en tierra, después de andar volando en avión y en bicicleta por la baja california sur y terminar en la bendita tierra paceña escribiendo alegorías a las Esculturas del Malecón Veo, me leo, estoy concentrado en una liberación interior, repito de mil formas una misma historia, la búsqueda de la liberación, la divinidad, el dejar la forma, lo mismo encuentro aunque no lo quiera un ritmo, un verso, que no me suelta, y pues tampoco a ninguno de los dos me niego, pues ambos son representaciones de universo, esa historia puede ser el resumen de la existencia completa, la historia detrás de todas las historias y el verso la mejor forma de exponerlo, pues es cadente, es candente, sincero, armonioso, mantiene el trance, y hace más ligero aquello que es duro, áspero o complejo, sin embargo ahora que se esconde en esta prosa, lo hace mas fluido al ser leído. Continuando el camino desperté temprano, otra vez había cambiado de horario, y el amanecer aquí es a las 7.30am, salí con la cámara hacia el pueblo en busca del sol y sus destellos y llegué en un minuto al centro de La Ciudad, en ella solo algunos viejos juegos de niños como un sube y baja, un pasamanos y una resbaladilla lucían de fotografía. Busque algo más en este pequeñísimo pueblo, y después de no encontrar nada regrese al hostal con Guillermina y Zaída a desayunar: "Atiza el calentón hasta que encandile para que se vaya el frio y hacer las tortillas" – decía Guillermina en la cocina, con esto se refería a mover el carbón de la estufa de metal hasta que hiciera fuego y calentara, calor con el cual no solo nos mantendríamos calientes sino que incluso se prepararía
30.04.2021 Desperté en Mexiquillo.- era mi primer destino en tierra, después de andar volando en avión y en bicicleta por la baja california sur y terminar en la bendita tierra paceña escribiendo alegorías a las Esculturas del Malecón Veo, me leo, estoy concentrado en una liberación interior, repito de mil formas una misma historia, la